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Un consumo más responsable en casa: ¿por dónde empezar?

Reportaje
31 de Enero de 2022

Cuidar el planeta y declararse a favor de un forma de vida más sostenible son propósitos excelentes y urgentes. Pero ¿cómo pasar de la teoría a la acción? Practicar un consumo más responsable en casa, dar ejemplo con nuestros hábitos diarios que realmente estamos contribuyendo para lograrlo no tiene por qué ser una misión complicada. Son bastantes los cambios que podemos afrontar, de la mano del reciclaje y los materiales menos contaminantes. ¿Preparados para estas 5 propuestas? ¡Todos saldremos ganando!

Imagen: Mobalpa

1 ¿La cesta de la compra? Repleta de alimentos locales para un consumo más responsable en casa

Si todavía no lo hemos hecho, es el primer gesto cotidiano que deberíamos plantearnos. El consumo responsable no es otra cosa que adquirir bienes y servicios teniendo muy en cuenta su impacto social y ambiental durante todo su ciclo de vida. Dar prioridad al comercio de proximidad es una gran elección que repercutirá de forma positiva en una serie de aspectos importantísimos: no solo te aseguras de que los alimentos que entran en la cocina son de gran calidad.

Imagen: Mobalpa

Cuanto más cerca se encuentre su lugar de producción, menos energía necesitarán para ser transportados hasta la zona donde vivas. Lograrás reducir la huella de carbono e incentivar el comercio local. Lo ideal es que sean productores de tu propia ciudad, región o país.

No olvides también que el origen de fabricación siempre es un valioso dato sobre las condiciones laborales y ambientales de los trabajadores que hay detrás. Con este tipo de compra habrás hecho mucho por un consumo más responsable en casa. Una vez en la cocina, reserva una zona apropiada para almacenar este tipo de género y adapta en ella un mueble verdulero. Podrás guardar en sus cajones de madera grandes cantidades de hortalizas y verduras con una adecuada conservación.

2 ¡Vuelta a los productos a granel!

¡Quién nos iba a decir hace unos años que esta tendencia se iría consolidando en muchos sectores de la economía! Pensar en ellos seriamente es sinónimo de conseguir un consumo más responsable en casa. Hay muchos y buenos motivos para comprar a granel en tiendas que se dedican exclusivamente a ello; aunque aún no abundan, la red de puntos de venta en cualquier ciudad grande cada vez es mayor. Es cuestión de buscar la más cercana a tu lugar de residencia y una buena web especializada en ello será de gran ayuda.

Imagen: Mobalpa

Además de ahorrar al comprar a peso el género (ya sean alimentos, productos de limpieza o de belleza) los residuos generados son bastante menores. Podrás decir adiós a los envases de plástico, ¡gran enemigo del medio ambiente! y sustituirlos por tarros de cristal reciclados o, si prefieres, usar bolsas de tela reutilizables. Las de algodón y rafia son perfectas para la verdura y la fruta y los tuppers son muy socorridos para la carne y el pescado, por ejemplo. Seguro que tienes en casa unos cuantos muertos de la risa.

Puestos a pensar dónde y como guardarlos, los muebles despenseros han nacido para ello. Por eso vuelven a ocupar un lugar preferente en las cocinas modernas y en comedores equipados con mobiliario de almacenamiento. Son fantásticos para tener una despensa a tu medida donde conservar legumbres, cereales, pasta y otros muchos alimentos en conserva o en botes. Los nuevos diseños son tremendamente funcionales, pues plantean muchas posibilidades de almacenaje perfectamente compartimentados para una eficaz organización. ¡Y además son muy bonitos!

3 Recicla, recicla y recicla

Desde Recycrafts no nos cansamos de hablar de los innumerables beneficios que conlleva introducir el reciclaje en el día a día en infinidad de vertientes de la vida, como en el mundo de los objetos y los muebles. En realidad es toda una filosofía vital que ayuda a sentirse más felices a quienes lo practican. Por tanto, es otro de los objetivos que puedes marcarte para comprobar que practicas un consumo más responsable en casa.

Imagen: Gintan

¿Por dónde comenzar? Reciclar correctamente los residuos orgánicos que generamos es igual de importante que reducirlos mediante gestos como los que acabamos de mencionar. Así que la cocina se convierte en un punto sensible clave. Empieza a pensar que ya no es suficiente con las típicas cajas para dejar los cascos de vidrio, ni las bolsas de plástico reservadas para los envases de idéntico material.

Si lo quieres hacer mucho mejor, en el mercado existen infinidad de soluciones con cubos de basura de distintos tamaños y capacidades para adaptarse a cualquier necesidad. Te lo ponen bastante fácil y de paso tu cocina saldrá ganando porque se gana espacio. Sobre todo si optas por diseños colgantes y plegables como los de la imagen. Son geniales ¿verdad?

4 Muebles hechos con tus manos. ¡Puedes hacerlo!

Descubrir el apasionante mundo del DIY no solo puede enganchar por la creatividad que despierta. Sin duda con él también se cumplirá la meta que persigues; realizar un consumo más responsable en casa porque te permitirá reducir tu impacto medioambiental. Si te animas a crear tus propios muebles con maderas u otros materiales en desuso ten muy presente que estás consiguiendo autoproducir algo tan necesario como una mesa, una estantería, un sofá... o lo que tu imaginación te dicte.

Imagen: Sinnen Rausch

Además de la enorme satisfacción que te regalarán estas piezas cada vez que las uses o las contemples (lo de decir “eso lo he hecho yo mola mucho”) recuerda sus beneficios para con el planeta. Por ejemplo, habrás evitado una cantidad importante del plástico que suele ser empleado para el transporte, fabricación y empaquetado de mobiliario. ¿Habías caído en ello? Y cuando necesites renovar a fondo tu casa, valora optar por los muebles a medida. También ellos sintonizan con los principios de la ecología y garantizan métodos de fabricación bastante más respetuosos puesto que salen de la mano de maestros carpinteros.

5 Una segunda oportunidad para esas pequeñas cosas

Además de reciclar más y mejor, prueba a reutilizar todos esos objetos y utensilios que ya no usas pero que realmente podrían tener una nueva vida porque están en buen estado. Si lo haces, limitarás el consumo y por tanto la generación de residuos. ¡Quizá tengan un gran potencial decorativo echándole imaginación! Reutilizar marcos de cuadros, bonitos estuches de madera de vino, cantidades ingentes de perchas inutilizadas y… ¡cómo no! esos frascos de cristal que parecen multiplicarse por generación espontánea. No te defraudarán.

Imagen: Bauhaus

Resto de imágenes: Pexels y Bravantia