La madera, un mundo de virtudes por descubrir
La carpintería no existiría sin ella, ni tampoco la arquitectura, la decoración y aficiones como el bricolaje doméstico o la talla. La cifra de amantes de la madera no deja de crecer y también la de profesionales que apuestan por tan noble material y sus innumerables beneficios. Comercial Pazos lleva haciéndolo desde sus orígenes. Pero realmente, ¿cuánto sabemos acerca de esta materia prima usada por el hombre desde la prehistoria ? Aquí van algunos secretos.
Los árboles, entre los más longevos del planeta
Las plagas y las agresiones del ser humano son los principales enemigos de los árboles y los causantes de su muerte antes de tiempo. Están considerados como uno de los organismos vivos más longevos existentes en el mundo: la cifra más impresionante la alcanza el árbol Matusalén con 4.840 años de vida. Otros ejemplares pueden superar los 2.000 años por la sencilla razón de vivir en regiones geográficas remotas de difícil acceso para el hombre, entre otras razones. A lo largo y ancho de la Tierra hay más de 23.000 tipos distintos de árboles y Brasil es el país con mayor número de especies, reunidas en la Región Amazónica.
No todas las maderas son igual de densas
La madera de balso siempre flota, es una de las más livianas que pueden encontrarse en el mercado porque su densidad figura entre los 100 y los 150 kg/m3 . Razón para entender que un buen número de embarcaciones denominadas balsas sean fabricadas con ella. Por el contrario, la madera más densa conocida es palo hierro, con una densidad de 1355 kg/m3 (la del agua es de 1000 kg/m3). De manera que incluso una pequeña pieza de madera puede hundirse hasta el fondo de un río si posee una elevada densidad.
Biodegradable y con emisiones negativas de carbono
La madera es cien por cien biodegradable y debido a ello sus emisiones de carbono son negativas. Esta cualidad la ha convertido en una solución altamente demandada en el mundo de la construcción para edificar estructuras muy responsables desde el punto de vista medioambiental. La arquitectura sostenible y autosuficiente no se entienden sin maderas procedentes de gestiones forestales responsables que garantizan una baja huella de carbono para nuestro planeta.
Imagen: Marta Labrador/Alejandro Cayetano
Su capacidad para contribuir a mejorar el ahorro energético cada vez está más demostrado. Las viviendas unifamiliares y edificios residenciales que poseen árboles adultos y de gran altura en su entorno pueden llegar a registrar un menor consumo en la factura de la luz porque inciden sobre los rayos del sol. En la época del año más calurosa sus interiores se mantienen a una temperatura inferior a la de las edificaciones que no se encuentran en la misma situación.
Saludable... además de un óptimo aislante
Es un material muy codiciado para proyectos arquitectónicos dedicados a la música (pabellones, auditorios, salas de concierto, etc.) por las grandes propiedades innatas que posee para absorber el eco y los sonidos. Otra cualidad inherente es su alta flexibilidad, haciéndola especialmente resistente en comparación a otros materiales, como por ejemplo el ladrillo. Y lo mismo sucede con su elevada capacidad para aislar térmicamente, ya que no es buen conductor de calor ni de electricidad, y evitar cambios bruscos de temperatura.
Imagen: Pixabay/Andreas
Los beneficios de la madera también abarcan al ámbito de la salud porque vivir en viviendas donde está presente tanto a nivel constructivo como en sus interiores propicia ambientes sostenibles que nos hacen sentir algo más cerca de la naturaleza. Al ser un material higroscópico, ayuda a regular la humedad de los espacios, además de aumentar la sensación de bienestar.
Material de construcción rey y generadora de oficios
La industria de la construcción de viviendas habla por sí sola en cuanto a su empleo. El 18 por ciento de la población mundial habita en casas fabricadas en madera y al parecer la más antigua está situada en la ciudad suiza Schwyz y lleva allí levantada 700 años. La historia de la civilización hubiera sido otra sin su existencia y no sabemos qué hubiera ocurrido con ciertos oficios estrechamente relacionados con ella: carpinteros, ebanistas y artesanos que llevan toda una vida manejando herramientas manuales de carpintero, cepillos y herramientas de medición y marcaje.
Como los hacheros de la Sierra de Guadarrama; hombres expertos en la tala de pinos que aprendían el duro oficio de padres a hijos y cuya demanda se disparó ante la llegada de la Corte a Madrid para la construcción de palacios y toda clase de edificios.
Imagen: Pixabay/Stefan Schweihofer
Durante las temporadas de corta vivían en el monte agrupados en cuadrillas en humildes construcciones de piedra. El derribo de los pinos lo realizaban con hachas de considerables dimensiones (unos 40 cm de anchura de la hoja y 5 kilos de peso) y una vez derribados los árboles los hacheros procedían a cortar las ramas y a descortezarlos demostrando una gran precisión en el corte. Concienciados de la importancia de preservar este recurso natural, seleccionaban los ejemplares que menos perjuicio causaban a los bosques de pinares, una de las principales fuentes de riqueza de aquella época para los pueblos serranos.
Imagen: Pixabay/Josch13